miércoles, 6 de diciembre de 2017

De Paraíso Villa Grimaldi a Cuartel Terranova

Por Alexis Ramírez:
31 de agosto de 2017

Villa Grimaldi era un predio totalmente agrícola, de amplia extensión ubicado en la comuna de Peñalolén. Estaba alejado de la ciudad y fue usado principalmente para paseos y picnics. Había  de árboles, jardines, fuentes de agua y al que posteriormente se le construiría una piscina. Además, se realizó la construcción de un restaurante llamado “Paraíso Villa Grimaldi”. A este sitio asistían artistas, intelectuales, políticos y personas de las más altas esferas del país en aquel entonces. Todas estas actividades fueron ideadas por su dueño, Emilio Vassallo, quien adquirió este fundo en los años 60.

Nuestro país en aquella época era bastante diferente a lo que se aprecia el día de hoy. De todas las clases sociales participaban y se interesaban en política, desde las actividades del gobierno hasta unirse a juntas de vecinos. Todo estaba relacionado a la política. El contexto internacional nos trasladaba a pleno desarrollo de la Guerra Fría.

En el ámbito cultural, apareció una nueva camada de músicos cuyas letras iban en contraparte a la de los artistas de la nueva ola. Todos ellos, influenciados por  Violeta Parra, quedaron agrupados en el movimiento denominado “Canto Nuevo”. Destacaron Víctor Jara, Quilapayún, Inti Illimani, Patricio Manns, entre otros.

Llegaron los 70 y en Chile ocurriría un hecho de impacto mundial. La llegada al poder del primer mandatario socialista elegido de manera democrática, respetando la Constitución. El triunfo de Salvador Allende repercutió mucho más allá de nuestras fronteras. El gobierno de Estados Unidos estuvo absolutamente en contra de este proceso. La nacionalización del cobre y la entrega de medio litro de leche diario a cada niño y niña del país fueron medidas que serán por mucho tiempo recordadas.

Pero como era predecible, un grupo muy importante del país, apoyados de manera económica y política por Estados Unidos, en el que se encontraban políticos, empresarios y latifundistas principalmente, hizo de todo para frenar los avances del gobierno de la Unidad Popular. Intentaron desestabilizar al país y que este entrara en una crisis total.

Pasó el tiempo, entre medio de protestas, filas largas para comprar alimentos y cacerolazos en las calles. Hasta que el día 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas y Carabineros encabezaron el derrocamiento del gobierno de Allende. El símbolo de esa negra jornada fue el bombardeo al Palacio de La Moneda.

Desde ese mismo día empezaron a realizarse detenciones masivas. Se creía que cualquier persona que estuviera en las calles, lo hacía para defender al gobierno recién derrocado. Estos arrestos se hacían en cualquier parte.

En esta primera etapa los detenidos eran llevados a lugares masivos, como el Estadio Nacional y el Estadio Chile (hoy Estadio Víctor Jara). Allí, cuando estaban cautivos, sus familiares podrían saber que probablemente estaban ahí retenidos.

Pero a fines de 1973, la estrategia cambió. Comenzó un proceso de detenciones secretas, en el que las fuerzas represivas buscaban lugares secretos para ejercer una represión secreta. Se crea la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Ahí, apareció por primera vez el Cuartel Terranova (Villa Grimaldi) como la principal opción para llevar a cabo dichas acciones.

Este era un sitio ideal porque estaba aislado de la ciudad. Cualquier cosa que ahí pasara, no lo vería ni sabría nadie. Además no tenía muchas construcciones. Este parque se convirtió en el principal centro de tortura para los secuestrados.

La DINA extorsionó al dueño Emilio Vassallo para obligarlo a vender Villa Grimaldi. Tuvo que hacerlo porque así protegía a su familia.

Para llevar a los detenidos al Cuartel Terranova, los secuestraban en cualquier lugar. No solo los militares participaban, sino que varios civiles. Los vendaban en los ojos y los subían a los autos, para llevarlos después al terreno en Peñalolén. Para que no supieran donde los llevaban exactamente, se daban varias vueltas alrededor. 

Cuando llegaban los detenidos, entraban al lugar y solo por una vez los llamaban por su nombre, ya que después se les asignaba un número, con el objetivo de que nadie supiera quien es quien.
Nadie en el lugar sabía por qué razón exacta estaban en Villa Grimaldi, mucho menos sus familiares. Entre 200 a 250 personas había aproximadamente en el Cuartel Terranova.

Luego eran conducidos a las celdas, de las que habían dos tipos: las celdas “Casas Chile” y Casas Corvi”, llamadas así por las viviendas sociales de la época. En esos pequeños espacios (de 2 por 1 metros cuadrados) metían de 4 a 5 personas, todos muy apretados y sin posibilidad de moverse. Solo había un orificio, para que los guardias vigilaran.

Los detenidos no se podían comunicar y mucho menos sacarse la venda. Había uno o dos turnos máximos para ir al baño, el cual estaba en condiciones insalubres. Llegaban incluso a pasar entre 2 a 3 meses pasaban sin utensilios de higiene. Les daban alimentos muy precarios, solo por la necesidad de que no se murieran.

Se efectuaron diversas formas de tortura. “La parrilla” era la más habitual, cuya metodología consistía en un catre de metal electrificado al que llevaban a los detenidos, desnudos y humedecidos, para aplicar corriente en sus partes más sensibles, principalmente labios y genitales.

A este método de tortura se sumaron los colgamientos, “el submarino húmedo” y golpes muy violentos en todas las partes del cuerpo. Estas sistemáticas violaciones a los derechos humanos se efectuaban para sacar toda la información de los detenidos y que estos decayeran de ánimo.  

Las mujeres fueron las más afectadas en este encierro. El rol de ellas en política era muy pequeño en comparación al de sus compañeros hombres, por el machismo predominante en la época, incluso en los partidos y movimientos de izquierda. Por lo tanto, eran menos  las encerradas. Esa misma razón hizo que los guardias se ensañaran bastante más con ellas.

Había una sola celda de mujeres en la que debían permanecer todas las detenidas. En esa celda, había una ventana por la que podían ver todo. Esta estaba al lado de la sala de torturas, por lo que también escuchaban todo lo que sucedía al lado. Durante su instancia, sufrieron violaciones y otras vejaciones sexuales, a veces frente a sus esposos y padres. Para ir al baño, esperaban ir todas juntas, con la intención de prevenir abusos sexuales de parte de los guardias. Todo fue más horrendo para la mujer militante que para el hombre militante.

En una conversación para Radio Cooperativa en enero del 2012, la ex militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Nubia Becker, relató su experiencia como víctima de violaciones a los derechos humanos en Villa Grimaldi. “Ser mujer era más doloroso, porque nosotros ahí sufríamos de una manera exacerbada el machismo. El machismo con autoritarismo es la peor de las torturas que puede sufrir una mujer. Para ellos nosotros éramos prostitutas”, señaló.

El último paso para algunos de los secuestrados en el Cuartel Terranova era ser llevados a “La Torre”. En el último piso había un centinela que vigilaba todo, así que nadie se podía escapar de la torre. No había turnos para ir al baño o para comer. Los sobrevivientes contaban que si uno podía oler las rosas del lugar, era porque sería llevado a esa torre.  Esta fortificación tenía tres niveles.

En “La Torre” existían salas para efectuar interrogatorios bajo torturas. De hecho, había una “parrilla” doble. Varios de los que pasaron por esta edificación tuvieron como destino la desaparición, ya que hasta el día de hoy no se sabe ni conoce su paradero.

Los que sobrevivieron a su pasar por “La Torre” no eran liberados de inmediato, sino que debían ser trasladados a Tres Álamos y posteriormente a Cuatro Álamos, el cual servía como un lugar transitorio que reemplazaba al Estadio Chile.


A Villa Grimaldi habrían llegado alrededor de 4500 detenidos, de los cuales 236 permanecen todavía desaparecidos. Por todas las víctimas, se debe realizar un proceso de reparación y justicia, para que estas atrocidades no se vuelvan a cometer. 

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